sábado, 12 de julio de 2008

EN UNA ZONA RESIDENCIAL DE VILLA ORTUZAR

12/07/08
Piden la intervención de la Comuna por un terreno tomado
Por: Silvia Gómez

Llevan años tratando de que alguna autoridad los escuche. Los vecinos de Charlone al 1600, en Villa Ortúzar, conviven con un asentamiento entre medianeras en lo que está considerado barrio residencial. En un terreno baldío usurpado, que le pertenece a la Ciudad, unas ochenta personas viven hacinadas en catorce casillas.

Sin luz, gas, ni cloacas todos comparten cuatro baños.Los vecinos se cansaron de llamar al CGP del barrio para denunciar los problemas que genera este asentamiento: "Lo peor es que la mayoría son chicos, son más de 40, y viven en unas condiciones lamentables", le dijo a Clarín un vecino que prefirió no revelar su nombre. Es que además la gente que vive en la cuadra dice que, al margen de la problemática habitacional, el asentamiento genera muchos conflictos: Viven con los horarios cambiados. Escuchan música hasta la madrugada y todos los desperdicios los vuelcan hacia la calle y la vereda , cuentan.

En el terreno baldío no hay cloacas y además las aguas servidas se acumulan en la vereda. El lugar fue expropiado en los 70 para la construcción de la Autopista Central A3, que nunca se llevó a cabo. Una expropiación que también afectó a Coghlan y Colegiales que padecen los mismos problemas de tomas de terrenos.

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad elaboró un informe de situación en el que le recomendó al presidente del IVC, Roberto Apelbaum, y al presidente del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad, Jorge San Martino, que intervengan: Se pudo constatar la carencia total de infraestructura básica así como la extrema emergencia y vulnerabilidad social a la que se encuentran expuestos todos los grupos familiares alojados en el predio , especificó la Defensoría y calificó de riesgo inminente la situación del lugar .

En 2005 el IVC impulsó el desalojo del terreno pero la justicia dictó el sobreseimiento de los ocupantes. Es que los moradores no son siempre los mismos: se van unos y llegan otros y esto impide individualizar a las personas y proceder en el desalojo. Otro vecino le aseguró a Clarín que la cuadra se volvió muy insegura: Aunque no todos los que viven ahí son violentos, hay muchos que nos amedrentan, por eso nadie quiere hacer una denuncia con nombre y apellido. Por ejemplo, sabemos que en el terreno hay un capo que le cobra alquiler a las familias por usar esas casilla mugrientas , contó.

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